Santificación Gozosa

Josh Buice

Sanctification-Joy

¿Por qué la santificación es esencial para el cristiano? Dicho de manera simple, es la voluntad de Dios para su pueblo que sean santificados y es a través de esta santificación que cada hijo de Dios recibe la seguridad de su salvación. Sin santificación, o hay rebelión como un hijo de Dios, o prueba de que el individuo no es un cristiano genuino. La palabra “santificación” se deriva de dos palabras Latinas: sanctus que significa santo, y ficare que significa hacer. Entonces, en un sentido literal, santificar significa hacer santo. Una verdadera santificación progresiva aparta del legalismo y guía al gozo en Cristo.

Obstáculos para la Santificación

La vida cristiana ha sido descrita como una aventura cuesta arriba. Otros la han etiquetado como un estilo de vida contracorriente, el cual es el extremo opuesto del conformismo perezoso de tantas personas que simplemente se dejan llevar por el fluir de la vida. El mundo, la carne, y el diablo están activamente buscando desviar a los hijos de Dios. Cuando Cristiano en El Progreso del Peregrino se desvió con “Vanagloria,” lo condujo a un final desalentador, la mazmorra del Castillo de las Dudas.

Siguiendo Malos Ejemplos: Por todo el Nuevo Testamento, encontramos a Pablo animando a otros a seguir sus pasos. En 1 Corintios 11:1, dijo, “Sean imitadores de mí, como también yo lo soy de Cristo.” En última instancia, seguimos a Cristo, pero en esta vida, debemos tener en cuenta los ejemplos de aquellos que caminaron antes de nosotros. A veces, tendremos ejemplos deficientes, por lo que debemos discernir para resistir la tentación de seguir sus pasos. Con demasiada frecuencia, los cristianos se vuelven perezosos en su caminar con el Señor y se encuentran siguiendo el ejemplo de personas que a menudo no son cristianos genuinos o que están viviendo en pecado.

Es esencial seguir el ejemplo de aquellos que caminaron cerca del Señor. Encontramos estas palabras en 3 Juan 11, “Amado, no imites lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios. El que hace lo malo no ha visto a Dios.” En definitiva, los ancianos de tu iglesia deben establecer un buen ejemplo digno de imitar tal como dice Hebreos 13:7, “Acuérdense de sus guías que les hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta, imiten su fe.”

Desconectarse de la Iglesia Local: No hace falta decir que la iglesia local es la voluntad de Dios para el cristiano. Desconectarse de la iglesia local es relacionalmente problemático. Necesitamos la comunidad de la iglesia local, no solo el púlpito de la iglesia local. Nunca ha sido la voluntad de Dios que Su pueblo ande solitario en la vida cristiana. Los pasajes “unos a otros” y “juntos” son esenciales para que los consideremos a través del Nuevo Testamento. Pablo escribe lo siguiente en Romanos 12:10, “Sean afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, dándose preferencia unos a otros.” En Romanos 16:16, Pablo escribe, “Salúdense los unos a los otros con un beso santo.” El cariño que vemos entre la iglesia primitiva es clave para el compromiso de cuidarnos unos a otros (ver Hechos 2:42-47).

Descuidar la Palabra de Dios: Dos de las formas más comunes de descuidar la Palabra de Dios implican el estudio personal y grupal. La primera involucra una falta de consumo personal en el hogar durante la semana. En estos casos, la vida se vuelve ocupada y la Biblia se mantiene cerrada mientras se deja sobre la mesa de centro o en el asiento trasero del auto. Esto a menudo se debe a la negligencia al asistir a la iglesia y a rehusar presentarse para ser nutrido por la Palabra de Dios. En muchas ocasiones los cristianos aseguran que no están siendo alimentados espiritualmente en sus iglesias, pero en realidad ellos no se están presentando para recibir la Palabra de Dios. Debemos tener un constante consumo de la Palabra de Dios con el fin de crecer espiritualmente y buscar la santidad. 

Las alegrías de la Santificación

La vida santificada está llena de gozo porque en el corazón de la verdadera santificación bíblica está el placer de Dios. Si el placer de Dios y el deseo de ser conformado a la imagen de Cristo no son el núcleo de la santificación, rápidamente se convierte en legalismo y religiosidad vacía. Es por esto que Pablo se deleitaba en la ley de Dios (Rom 7:22), porque su deleite estaba en Dios, no en los quehaceres religiosos. Nos encanta registrar el crecimiento de nuestros hijos mediante marcas en la pared de sus cuartos, pero ¿cuándo fue la última vez que consideraste el crecimiento espiritual de tu alma? ¿Amas la Biblia por tu amor a Dios?

A medida que crecemos en nuestra fe y nos santificamos más, nos sirve como prueba de que somos los hijos de Dios. Es Dios el que nos aparta mediante “la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad” (2 Tes. 2:13). Esta es la obra inicial de salvación y el ministerio del Espíritu Santo para llevarnos a la fe en Jesús. Sin embargo, mientras continuamos caminando en el Espíritu, somos progresivamente santificados. Jesús oró por esta obra en Juan 17:17, “Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad.” Pablo escribe lo siguiente a la iglesia en Tesalónica, “Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tes 5:23).

Charles Spurgeon comentó una vez que, “No puede existir paz entre tú y Cristo mientras haya paz entre tú y el pecado.” Es esencial declararle la guerra al pecado y vencerlo. Sin embargo, una religión de quehaceres vacía y superficial describe la santificación como la simple obra de “mortificar” el pecado, pero con demasiada frecuencia descuida la gozosa sumisión a Cristo y la belleza de la santidad. Mientras que una persona es revestida en santidad, hay gran gozo en agradar a Dios y caminar en alegre sumisión y obediencia a Él. Es a través de esta gozosa sumisión que la verdadera seguridad de salvación (Juan 14:15) y la plenitud espiritual inundan el alma de los hijos de Dios.

El puritano Thomas Watson explica las alegrías de la santificación al escribir que, “Después de la caída, los afectos se extraviaron en objetos errados; en la santificación, son convertidos en un orden dulce y en armonía, el dolor puesto en el pecado, el amor en Dios, el gozo en el cielo.”

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Author Sanctification-Joy

Josh Buice

Pastor Pray's Mill Baptist Church

Josh Buice is the founder and president of G3 Ministries and serves as the pastor of Pray's Mill Baptist Church on the westside of Atlanta. He is married to Kari and they have four children, Karis, John Mark, Kalli, and Judson. Additionally, he serves as Assistant Professor of Preaching at Grace Bible Theological Seminary. He enjoys theology, preaching, church history, and has a firm commitment to the local church. He also enjoys many sports and the outdoors, including long distance running and high country hunting. He has been writing on Delivered by Grace since he was in seminary and it has expanded with a large readership through the years.