¿Qué son los “salmos, himnos, y cantos espirituales”?

Scott Aniol

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Tanto en Efesios 5:19 como en Colosenses 3:16, Pablo ordena a los creyentes que se reúnen a cantar salmos, himnos, y cantos espirituales, de este modo “cantando y alabando con su corazón al Señor” (Ef. 5:19) y “con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros” (Col. 3:16).

Los académicos están en desacuerdo con respeto al significado exacto de estos tres términos: salmos, himnos, y cantos espirituales.1 Tradicionalmente, “salmo” se refería a los salmos Judíos del Antiguo Testamento, “himno” era un término común en la cultura que denotaba una expresión poética de alabanza a la deidad y “oda” era un término genérico para cantar.

El término “espiritual” pudo haber sido utilizado para modificar “cantos” como para designarlos específicamente espirituales en contraste a los cantos seculares, o el término podría modificar las tres palabras.

Notoriamente, los tres términos griegos son usados indiferenciadamente en los títulos de salmos en la traducción griega del Antiguo Testamento (LXX). Además, los términos son utilizados indistintamente incluso en el resto del Nuevo Testamento. Por ejemplo, aunque Pablo usa el término “salmo” para referirse a los salmos del Antiguo Testamento, en varios lugares él utiliza el término para referirse a los himnos cristianos (1 Cor. 14:26; St. 5:13). De igual manera, la referencia a un “himno” en Mateo 26:30 y Marcos 14:26 probablemente fue a un salmo, y Juan llama a los “nuevos” cantos de Apocalípsis 5 y 15 “odas.”

Por lo tanto, ya que salmos, himnos, y cantos espirituales son usados como traducciones de títulos de salmos en la LXX y son empleados de manera intercambiable en el Nuevo Testamento, el peso de la evidencia parece sugerir que Pablo no tenía la intención de que los términos designaran un género claramente identificable de cantos colectivos.

Varias implicaciones pueden ser tomadas de esta conclusión.

Primero, como mínimo estos pasajes incluyen un mandato a cantar salmos del AT inspirados por el Espíritu. Sin importar cuán reducida o amplia sea la interpretación de los términos, es claro que Pablo manda a los creyentes a cantar salmos. Si estos salmos son paráfrasis o versificaciones está más allá del alcance de Pablo, pero aquellas iglesias que activamente desean aplicar las instrucciones de Pablo deben esforzarse para incorporar regularmente los salmos del AT en su repertorio colectivo.

En segundo lugar, por el contrario, ningún argumento claro puede ser hecho utilizando solamente estos pasajes con respecto a la justificación para cantar canciones aparte de los salmos del AT. Ya que estos términos podrían referirse solo a diferentes tipos de salmos, nadie puede argumentar con certeza, a partir de estos pasajes, que la intención de Pablo era expandir las canciones de la iglesia más allá de los salmos inspirados. Quizás otros pasajes del NT impliquen la permisión de cantos no inspirados en la adoración cristiana, pero esto no puede ser probado a partir de Efesios 5:19 o Colosenses 3:16.

Tercero, por otro lado, estos pasajes no restringen claramente el canto cristiano a los salmos del AT. Tal como el punto anterior, la ambigüedad de estos términos presenta suficiente incertidumbre para prevenir argumentos dogmáticos a favor o en contra de la posición que acepta únicamente la salmodia.

Cuarto, estos pasajes no son relevantes como defensa para ninguna posición de los debates de adoración contemporáneos. Cualquier intento de definir estos términos utilizando categorías contemporáneas es, como mucho, anacrónico. No existe justificación para usar estos pasajes para defender los coros de alabanza contemporáneos, ni la continuación de cantos inspirados por el Espíritu, pero tampoco estos pasajes desaprueban tales prácticas.

La única aplicación segura para las iglesias cristianas a partir de esta frase es que Dios espera que su pueblo cante—como mínimo que canten salmos inspirados.

Referencias

1 Ver Scott Aniol, “Psalms, Hymns, and Spiritual Songs: Assessing the Debate,” Artistic Theologian 6 (2018): 13–18

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Scott Aniol

Executive Vice President and Editor-in-Chief G3 Ministries

Scott Aniol, PhD, is Executive Vice President and Editor-in-Chief of G3 Ministries. In addition to his role with G3, Scott is Professor of Pastoral Theology at Grace Bible Theological Seminary in Conway, Arkansas. He lectures around the world in churches, conferences, colleges, and seminaries, and he has authored several books and dozens of articles. You can find more, including publications and speaking itinerary, at www.scottaniol.com. Scott and his wife, Becky, have four children: Caleb, Kate, Christopher, and Caroline. You can listen to his podcast here.